Se agolpan las novedades. Una parte del presente nos tiene atenazados: Corremos entre informaciones confusas y negativas. Empujados por el “efecto péndulo” de los sociólogos, que nos lleva a extremar las conclusiones. La sensación de vértigo, de precipitación de acontacemientos, puede ser a veces agobiante.
Para aquellas personas de nuestro mismo entorno que son presa del temor, la re-evolución social y tecnológica que estamos viviendo pasa casi inadvertida, ya que sólo tenemos capacidad de escuchar y ver aquello que se corresponde con nuestra idea previa (“Percepción selectiva”, según la Psicología Social).
Lejos de este alarmismo, hay otra realidad muy veraz, basada en hechos actuales, algunos de los cuales expongo y que están desarrollados en el libro “Abundance: The Future Is Better Than You Think” de Peter H. Diamandis y Steven Kotler, cuya referencia nos ofrece Dolors Reig en su blog “El Caparazón”.
Vivimos mejor que en ningún otro tiempo.
La extrema pobreza se ha reducido a la mitad en todo el mundo desde 1950. A este ritmo puede desaparecer de la tierra en el 2035. También desde el mismo año hasta hoy Las personas alfabetizadas han pasado del 52% al 85%. Se ha alargado en 20 años el promedio de vida. Ha bajado drásticamente la mortalidad infantil. La población que tiene a su alcance más de 2.200 calorías al día a pasado del 44% en 1960 al 89% en la década de 1990.
La comida cuesta hoy 13 veces menos que hace 150 años.
La evolución nos acerca al auto-desarrollo. La dependencia del petróleo es cada día menor. Hay más coches, ciertamente, y también más personas que utilizan la bicicleta. Podemos comprar ya un vehículo eléctrico a un precio asequible. Las placas solares aumentan cada año un 30% su capacidad de almacenaje y para el 2035 permitirán a cualquier país desarrollado una independencia completa de la energía fósil.
Se puede llegar a conseguir desde cualquier origen líquido, agua potable a 1 céntimo el litro.
Se tiene la técnica para desarrollar alimentos vegetales y animales de granja con un 80% menos de tierra, un 90% menos de agua y un 100% de pesticidas, con energía producida por sus propios biocombustibles y desarrollable dentro de las ciudades.
El Grafeno multiplicará el uso de la tecnología en la vida cotidiana.
Y en un ámbito mucho más cercano, nuestra propia tierra, con su rica historia, su agricultura, sus fiestas, la cercanía al mediterráneo. . . la hacen lugar de destino para gentes de todo el mundo que desean disfrutar de la vieja Europa, su gastronomía y sus costumbres.
La tecnología no conoce fronteras y dependerá de la capacidad emprendedora y la determinación de nuestras gentes que hagamos notoria la zona en muchos ámbitos profesionales.
Lejos de quitar gravedad a la situación de muchas personas y a lo que falta por hacer para que la equidad social sea un hecho, nos proponemos seguir “Construyendo” nuestro presente y futuro inmediato.
Centrémonos si te parece en nuestra propia microeconomía, y primeramente en el empleo, motor de nuestra calidad de vida.
Esta no es una época de cambios. Es un cambio de época. Esta es una premisa necesaria para que podamos aceptar las propuestas que vamos a hacer.
Todo está en constante evolución, así que lo que se hace preciso es adecuarnos a lo que hacen los mejores y al uso de lo que la modernidad nos ofrece hoy, en más cantidad y variedad que nunca.
Consultor de Dirección y Marketing