A veces, aunque sea de forma inconsciente, postergamos tareas prioritarias para dejarnos atrapar por un mar de actividades terriblemente improductivas, pero increíblemente adictivas y agradables. La procrastinación es el nombre técnico que recibe la acción o hábito de no hacer lo que tienes que hacer, es decir, perder el tiempo con cualquier cosa que se te ponga a tiro siendo, además, muy posible que no tenga nada que ver con tu cometido.
Evidentemente aquel famoso refrán de “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” se nos desbarata, y mostramos públicamente sus vergüenzas. Yo, desde luego, no conozco a nadie que no haya practicado la procrastinación en algún momento de su vida. Lejos de parecer un detalle sin importancia -o un pequeño vicio confesable y hasta un gracioso cliché de nuestra cultura mediterránea- la procrastinación es un síndrome que hay que saber atender adecuadamente.
Es más serio de lo que parece. Cualquier decisión que se ha de tomar -de antemano dolorosa pero necesaria- no culminada es procrastinación. Cualquier acción que suponga una reacción muy importante para nosotros o para nuestro entorno y no se realice es procrastinación. Ligada tanto a conductas de tipo depresivo o a la baja autoestima y al perfeccionismo extremo o al miedo al fracaso, existen dos tipos de individuos que la practican. Los primeros son los procrastinadores eventuales; los segundos son los procrastinadores crónicos.
Proyectando esta conducta al contexto de la empresa y centrándonos en los casos eventuales mi consejo es el siguiente: cada día y nada más llegar a nuestro puesto de trabajo debemos hacer una lista de tareas que se han de realizar a lo largo de la jornada. Para no desgastarnos, propongo que la prioridad de las mismas se vaya entremezclando, es decir, dos tareas de prioridad 1, con otra de prioridad 6-7. Esto nos permitirá tener un control absoluto sobre las actividades que tenemos que realizar, sabremos dosificar nuestras fuerzas y daremos mayor énfasis a aquellas tareas que lo requieran.
Responsable del Área de Servicios.